sábado, 5 de diciembre de 2015

"El Señor es un Dios compasivo (...), que mantiene su amor a lo largo de mil generaciones".









El mundo tiene necesidad de un tratamiento con la Palabra de Dios.

Es por eso que en nuestra parroquia vivimos en forma especial,

cada mes, una Palabra de Vida tomada de la Biblia.

 

Una sola podría transformar el mundo

y todos la podemos vivir,

porque Jesús es la luz de cada hombre.

 

Este mes 

non proponemos transformar en vida esta Palabra que te compartimos.

Te invitamos a que lo intentes con nosotros.

 

Te aseguramos que vas a experimentar una transformación  en tu vida.

 En la próxima visita, intercambiaremos  nuestras experiencias

 

 

Palabra de vida

JUBILEO DE LA MISERICORDIA

"Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia"
(Mt. 5, 7).

Si hay una palabra de la Escritura que expresa, como o más que las otras, la revelación de Dios en Jesucristo, es ésta, la misericordia.

En la grandiosa teofanía del Sinaí el Señor le había revelado a Moisés: "El Señor es un Dios compasivo (...), que mantiene su amor a lo largo de mil generaciones".

En el alba del día mesiánico María le anuncia a Isabel que el Omnipotente se ha acordado de su misericordia y lo que ha nacido en ella es la prueba que lo confirma. 

He aquí, entonces, unidos en Jesús, hijo de Dios y de María, el amor paterno y materno de Dios, tan bien significados por los dos términos hebraicos que allí se usan para definir la misericordia: es decir, una profunda actitud de bondad que manifiesta la fidelidad de Dios consigo mismo y el tener "entrañas de madre" para con todos.

Pero, ¿qué es lo que hace tan potente a la misericordia que siempre termina por imponerse a la justicia?

Además, ¿por qué Jesús le da tanta importancia a esta virtud al punto de ponerla como condición para la salvación eterna?

"Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia"


Como muy bien explica Francisco, la misericordia es la condición indispensable del amor, es como su “segundo nombre". 

Para él las palabras de la bienaventuranza constituyen una síntesis de toda la Buena Nueva, que es la revelación del amor salifico de Dios y la invitación hecha a todos de ser "misericordiosos como el Padre" y como aquél que es la imagen más fiel del Padre, Jesús.

En la oración del "Padre nuestro" vuelve, con otras palabras, el mismo tema de la bienaventuranza: "Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". 

Es ley escrita en el Cielo que el perdón de nuestras ofensas nos llegará en la medida que habremos sabido perdonar a los hermanos y a las hermanas.

El tema de la misericordia y el perdón recorre todo el Evangelio. 

En el fondo, el objetivo de Jesús es el que nos reveló en su oración final, la noche antes de la pasión: la unidad de todos, hombres y mujeres, en una gran familia que tiene su modelo en la Trinidad. 

Toda su enseñanza no tiende a otra cosa que a darnos, con su amor, el instrumento para realizar esta altísima comunión entre nosotros y con Dios. 

Y la misericordia es precisamente la última expresión del amor, de la caridad, la que la completa, la hace más perfecta.

"Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia"


Tratemos, entonces, de vivir en cada relación nuestra este amor a los otros en forma de misericordia.

La misericordia es un amor que sabe acoger al prójimo, especialmente al más pobre y necesitado. 

Un amor que no mide, abundante, universal, concreto. 

Un amor que tiende a suscitar la reciprocidad, que es el fin último de la misericordia, sin la cual habría sólo justicia, que sirve para crear igualdad, pero no fraternidad.

Hoy se habla con frecuencia de perdón negado a quien ha cometido un crimen. Se pide venganza, más que justicia. 

En cambio nosotros, después de haber tratado por todos lo medios de resarcir el daño, tenemos que darle espacio al perdón, el único que está en condiciones de curar el trauma personal y social provocado por el mal. 

"Perdonen y serán perdonados".

Entonces, con la fuerza del espíritu santo, cualquier ofensa hayamos recibido, cualquier injusticia, perdonemos y seremos perdonados. ¡Seamos los primeros en usar piedad, en expresar compasión!

Aunque parezca difícil y arriesgado, preguntémonos, ante cada prójimo: ¿cómo se comportaría su madre con él? Es una idea que nos ayudará a comprender y a vivir según el corazón de Dios. 

Y esto porque Dios nos ama con un amor paterno y materno…







PADRE DANOS ENTRAÑAS
DE MISERICORDIA















 


1 comentario:

  1. Aunque parezca difícil y arriesgado, preguntémonos, ante cada prójimo: ¿cómo se comportaría su madre con él? Es una idea que nos ayudará a comprender y a vivir según el corazón de Dios.

    Y esto porque Dios nos ama con un amor paterno y materno…

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