lunes, 9 de octubre de 2017

NEOLIBERALISMO Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA



El campo económico-social al igual que otros rubros de la vida humana, se mueve dentro de la ética; particularmente, la economía no puede desentenderse de la virtud cardinal de la justicia.
Pues bien, afirmar que el mercado y el lucro, la ganancia, no necesitan correctivos porque funcionan espontaneamente, es neoliberalismo. Tal postura la Iglesia la admite con reservas, porque el mercado no soluciona en todos los ámbitos de la vida humana, como lo afirmó el Papa Juan Pablo II. Por otra parte, en la mentalidad cristiana la autoridad estatal debe intervenir en el campo económico-social; pero, su incursión en dicho campo no es discrecional, sino debe ser de carácter racional y limitado.
Igualmente, no debe ahogar en modo alguno las iniciativas individuales y la de los cuerpos intermedios y, por el contrario, la autoridad estatal debe facilitar, ayudar, promover y crear el ambiente y el cuadro que favorezca las iniciativas privadas, siguiendo el gran principio de subsidiariedad (no confundir esta palabra con subsidios que es otra cosa).
En cuanto a los principios de Adam Smith que menciona Carlos Talavera, debemos decir que en el punto de vista de este economista y filósofo mediocre en la compraventa, una de las partes debe salir perdidosa como lo explicó el Dr. Pavón en el curso que dio sobre Liberalismo en la Fundación "Libertad" cuyo presidente es el senador Jaeggli. Pues bien, esta afirmación de Smith que acepta el liberalismo no es otra cosa que las transacciones económicas deben hacerse en libertad pero sin justicia, dando paso así al robo por violar la justicia comunicativa.
En cuanto a las quiebras de las empresas y pérdidas individuales que impone el mercado según el escrito de Carlos Talavera obedecen a leyes inexorables como las físicas que rigen a las estrellas, y rechazar las mismas es producto de una fe reductiva y moralista.
Olvida el amigo Carlos Talavera que las leyes del campo económico social no anulan la libertad ni la responsabilidad humana; y las precitadas leyes económicas no son idénticas a las leyes físicas en donde la estrella por su cuenta puede variar su itinerario.
Al llegar a este punto, quiero manifestar cuanto sigue: Alemania, después de la segunda guerra mundial (1939-1945) quedó devastada por los bombardeos de las potencias aliadas. Subió, entonces, la democracia cristiana en el poder a cuyo frente estaba el canciller Conrad Adenauer y su ministro de Economía el profesor Ludvig Erhard que llevó a Alemania a una prosperidad inédita a tal punto que la opinión pública llamó a dicho auge "el Milagro Alemán".
Sin embargo, los pensadores alemanes, a dicho auge no le llamaron Milagro porque se podía explicar perfectamente por causas naturales.






1 comentario:

  1. Pues bien, afirmar que el mercado y el lucro, la ganancia, no necesitan correctivos porque funcionan espontaneamente, es neoliberalismo. Tal postura la Iglesia la admite con reservas, porque el mercado no soluciona en todos los ámbitos de la vida humana, como lo afirmó el Papa Juan Pablo II. Por otra parte, en la mentalidad cristiana la autoridad estatal debe intervenir en el campo económico-social; pero, su incursión en dicho campo no es discrecional, sino debe ser de carácter racional y limitado.

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