Hoy el Evangelio (Lucas 6,12-19) nos recuerda la elección de los doce apóstoles, además se me antoja una de esas curiosas coincidencias de la vida, porque, precisamente el lunes, en el programa de RADIO MARÍA, titulado "EL POZO DE SICAR", donde el sacerdote palentino EDUARDO CALVO SEDANO, está haciendo una exposición continuada del Evangelio, en su sección "Así nos habla Dios", nos introdujo -por la brevedad de la sección- precisamente en este aspecto. El relato de la elección de los doce nos es de sobra conocido, la perícopa se dedica sólo a enumerarlos:
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Poco hay que comentar, ciertamente, como dice el comentario de san CIRILO DE ALEJANDRÍA a este respecto, en todo caso ser apóstol es algo que sólo competía al Señor el decidirlo "nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama" (Hebreos 5,4), condición de apóstol que después de los doce primeros, sólo se le reconoce a MATÍAS, elegido en sustitución de JUDAS, y a San PABLO.
Aunque podría hacerse algún comentario sobre la diversa forma y orden, y su significado exegético, de la presentación de la lista de los doce, en los distintos evangelios sinópticos, o como las vocaciones de todos ellos difieren un poco de un Evangelio a otro, lo cierto es que con ello nada nuevo vamos a aprender sobre la figura de los apóstoles, como se suele decir, son los que son, y basta, a este respecto hay una cita del Señor, citada por San EUSEBIO en su obra "Teofanía" (4,12) por la que -en lo que se refiere a la elección de los doce- habría dicho "Eligo mihi quae mihi placent; placent mihi quae mihi dat pater meus in caelis" (es decir, "Elijo a los que me placen, y los que me placen son los que me ha dado mi Padre del Cielo").
Que los apóstoles sean doce, precisamente, es algo que intuitivamente entendemos que, siendo JESUCRISTO, la definitiva revelación del Padre, la Buena Noticia, la Nueva Alianza definitiva y verdadera, que trae ecos de las doce tribus de ISRAEL, así lo han entendido siempre todos los Santos Padres y comentadores bíblicos, amén de que hay una referencia expresa del Señor que lo explica, contenida en el Evangelio de MATEO "Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel" (Mateo 19,28).
Curiosamente, en relación con esta cita, hay autores que creen debió de existir un Evangelio de Mateo, previo al que conocemos como canónico escrito en griego, que habría estado escrito en hebreo, y dirigido a los judíos conversos, por lo que sería de un carácter más judaizante que el que conocemos en la actualidad, es el llamado Evangelio de los Hebreos, llamado por los estudiosos como el Evangelio Judaizante de Mateo (otros nombres, citados por aquellos que afirmaron haberlo visto, conocido, o traducido, como el propio San JERÓNIMO, son el Evangelio de los Ebionitas, o Evangelio de los Nazarenos, las comunidades de cristianos judaizantes que los habrían usado, y que por su carácter judaizante, son tachados de heréticos por los Santos Padres que los conocieron), y que precisamente por este carácter judaizante del que hablamos sí que, en lo que hace a la elección de los doce, remarca esta similitud entre su número y la continuidad de las doce tribus de ISRAEL, concretamente la elección de los doce estaría narrada de la siguiente manera:
Oτι Εγενετο τις ανηρ ονοματι Ιησους, και αυτος ως ετων τριακοντα, ος εξελεξατο ημας. Kαι ελθων εις Καφαρναουμ εισηλθεν εις την οικιαν Σιμωνος του επικληθεντος Πετρου, και ανοιξας το στομα αυτου ειπε· Παρερχομενος παρα την λιμνην Τιβεριαδος εξελεξαμην Ιωαννην και Ιακωβον υιους Ζεβεδαιου, και Σιμωνα, και Ανδρεαν, και Θαδδαιον, και Σιμωνα τον Ζηλωτην, και Ιουδαν τον Ισκαριωτην, και σε τον Ματθαιον καθεζομενον επι του τελωνιου εκαλεσα, και ηκολουθησας μοι. Υμας ουν βουλομαι ειναι δεκαδυο αποστολους, εις μαρτυριον του Ισραηλ.
Cuya traducción sería la siguiente:
Y vino Jesús a Cafarnaúm, a casa de Simón, al que apodó Pedro, y allí dijo a sus discípulos: “Mientras pasaba por el lago Tiberiades, yo escogí a Juan y a Santiago, los hijos de Zebedeo, y a Simón y a Andrés, y a Judas Tadeo, y a Simón, el Zelota, y a Judas Iscariote, y a ti, Mateo, te llamé mientras estabas sentado al frente del mostrador de los impuestos. Yo he deseado de esta forma, que los doce apóstoles seáis testimonio ante Israel.
Quien recoge la cita de este pretendido Evangelio de los Hebreos, es en este caso San EPIFANIO en su obra "Troparion" (30,13), aunque como dice el propio ORÍGENES (latino) en "Comentario sobre Mateo, 15,4") al tratarse de un apócrifo, no hay que darle más importancia, que la de apostillar, anecdóticamente, lo que decimos, en este caso sobre el número doce, los doce apóstoles y las doce tribus de ISRAEL: "Scriptum est in evangelio quodam, quod dicitur secundum Hebraeos, si tamen placet suscipere illud, non ad auctoritatem sed ad manifestationem propositae quaestioni" (esto es, "está escrito, en cierto evangelio, que es llamado de los Hebreos, si se place aceptarlo, no como autoridad, sino como manifestación de la cuestión que nos ocupa").
Y vino Jesús a Cafarnaúm, a casa de Simón, al que apodó Pedro, y allí dijo a sus discípulos: “Mientras pasaba por el lago Tiberiades, yo escogí a Juan y a Santiago, los hijos de Zebedeo, y a Simón y a Andrés, y a Judas Tadeo, y a Simón, el Zelota, y a Judas Iscariote, y a ti, Mateo, te llamé mientras estabas sentado al frente del mostrador de los impuestos. Yo he deseado de esta forma, que los doce apóstoles seáis testimonio ante Israel.
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