domingo, 29 de noviembre de 2015

SOBRE LOS ANGELES CAIDOS

 

 






 

Demonologia


Demonología es la rama de la Teología que se ocupa del estudio de los demonios. Está muy relacionada con la angelología.
 
La manifestación más importante de la demonología cristiana occidental es el Malleus Maleficarum de Jacob Sprenger y Heinrich Kramer, que demuestran, de manera sui generis, la existencia y el poder de la brujería como parte integral de la fe católica romana y de un peligro real para los fieles, aparte de ofrecer en su tratado toda clase de formas de reconocer y procesar una bruja, convirtiéndose así en el manual para procesos de brujería durante décadas.

En otro sentido, la demonología confecciona listados que intentan nombrar y establecer una jerarquía de espíritus maléficos. Así, la demonología es el opuesto de la angelología, que intenta recopilar la misma información al respecto de los buenos espíritus.

En la tradición cristiana, los demonios son ángeles caídos, así que podríamos considerar la demonología como una rama de la angelología.
 
Sin embargo, muchas bases de datos demonológicas son conocimientos capturados a aquellos supuestamente capaces de invocar tales entidades, incluyendo las instrucciones sobre cómo convocarlos y (en el mejor de los casos) someterlos a la voluntad del conjurador.
 
 
Los grimorios de magia oculta son aquellos tomos que contienen los conocimientos acerca de esta faceta de la demonología, más de una vez estudiada por aquellos que debían perseguir y juzgar a diabolistas y brujas con morboso deleite.

La existencia de una entidad sobrenatural maléfica que actúa en contraposición a la voluntad de un Dios benévolo es uno de los ejes centrales tanto del cristianismo como del Islam. Dichos credos adoptan la figura de Satán del judaísmo, que para el islamismo es Shaytán o Iblis.
 
 
Es comúnmente aceptado, pero erróneo que el judaísmo recibe este concepto del Zoroastrismo, en el cual un dios benévolo conocido como Ahura Mazda se encuentra envuelto en una batalla cósmica con una deidad maligna llamada Angra Mainyu.

No obstante, el Bien siempre prevalece en las religiones citadas, dejando el tormento de los hombres y pequeñas escaramuzas ganadas al Mal.

Esta confrontación en verdadera igualdad de condiciones se mantiene intacta en el corpus del maniqueísmo y las doctrinas de diversos grupos heréticos como los Bogomilos búlgaros.


 
Nombre de Demonios

 

Los nombres de los demonios o ángeles caídos (Demonios):

Shedim (Deuteronomio 32:17).

Seirim, sair, satyr (Levíticos 17:7); (Isaías 13:21).

Elimim (Salmos 96:5).

Gad (Isaías 65:11).

Qeter (Salmos 91:5, 6).

Los ángeles del diablo (Mateo 25:41); (Apocalipsis 12:9).

Los ángeles que no guardaron su primer estado (2 Pedro 2:4); (Judas v.6).

-Espíritus familiares (Deuteronomio 18:11); (Isaías 8:10; 19:3).


-Espíritus inmundos (Mateo 10:1); (Marcos 1:27; 3:11; 5:13); (Hechos 5:16; 8:7).

 
 
Influencia de ángeles caídos

Los demonios afligen a los seres humanos.

a)Algunos causan locura (Mateo 8:28; 17:15,18; Marcos 5:15; Lucas 8:27-29).


b) Algunos causan mudez (Mateo 9:33).




c) Algunos causan ceguera (Mateo 12:22).


 


Personalidad de los Demonios

(1) Ya hemos visto que los demonios tienen nombre.

(2) Los demonios “hablan” (Lucas 4:34, 41); (Lucas 8:28); (Mateo 8:29); (Marcos 5:12); (Hechos 19:15); (Marcos 3:11).

(3) Tienen inteligencia.

a. Saben quién es Jesús (Lucas 4:34).

b. Saben de su condenación futura (Mateo 8:29).

(Éxodo 8:7; 7:11, 12; Daniel 10:13; Marcos 5:2-4; 9:17-26; Hechos 19:16; 2 Corintios 10:4, 5; Apocalipsis 9:15-19).

 
 
                                                                               







SOMOS MAS QUE VENCEDORES EN CRISTO

 
VER VIDEO
 
   https://youtu.be/hikjBHLmgTI

 


. 



 




 







1 comentario:

  1. La existencia de una entidad sobrenatural maléfica que actúa en contraposición a la voluntad de un Dios benévolo es uno de los ejes centrales tanto del cristianismo como del Islam. Dichos credos adoptan la figura de Satán del judaísmo, que para el islamismo es Shaytán o Iblis.

    ResponderEliminar