jueves, 1 de octubre de 2015

ANGELES CUSTODIOS


Lecturas del Santos Ángeles Custodios


 
 
 
 



 

Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (23,20-23a):

Así dice el Señor: «Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre y no perdonará tus rebeliones. Si lo obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios serán mis adversarios. Mi ángel irá por delante.»

Palabra de Dios

Salmo
Sal 90,1-2.3-4.5-6.10-11

R/.
A los ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos


Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R/.

Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás. R/.

Su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía. R/.

No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R/.
 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,1-5.10):

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»

Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: «Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.»

Palabra del Señor
 
 

Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?».  Jesús respondió con un gesto simbólico que revela el cambio de valores  que trae consigo la llegada del reinado de Dios: el más importante en la comunidad es el que se hace semejante a un niño. Y todo niño es expresión de debilidad, desamparo, pobreza.


Nos encontramos ante una comunidad cristiana dividida. Se pueden adivinar tensiones entre los distintos grupos y problemas de convivencia. Para iluminar esta situación, Mateo exhorta a prestar atención a los pequeños y a practicar el perdón como norma básica de convivencia en la comunidad cristiana.

Es cierto, la Iglesia debe organizarse y algunos asumen ciertos servicios y responsabilidades. ¿Son estas personas más importantes por el cargo que tienen? Los discípulos quieren saber, y Mateo les recuerda las enseñanzas de Jesús sobre este tema. La respuesta la da Jesús: “el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos”.

En aquella sociedad donde vivía Jesús, el niño no tenía derechos legales; todo lo que recibía era para él un regalo. Del mismo modo, el reino de Dios no se adquiere por las propias fuerzas o méritos; es un don que se recibe con la sencillez y el agradecimiento de un niño.

En el evangelio de Mateo, la palabra «pequeño» no se refiere únicamente a los niños. Pequeños son todas las personas humildes y sencillas que desde su simplicidad de vida han optado por seguir a Jesús con toda radicalidad. Los pequeños encarnan los valores fundamentales de la Buena Noticia y hacen patente la presencia de Jesús entre los más pobres y sencillos.

La primera lectura y el salmo hacen referencia a los ángeles que Dios envía para proteger a sus hijos. Dice: «Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado». Y el Salmo explica con muchas comparaciones e imágenes esa protección divina que representan los ángeles para quienes adoramos a Dios nuestro Padre.

En la tradición de la Iglesia siempre hemos conocido la devoción a los santos ángeles, porque la Biblia los nombra a menudo. Alegrémonos y agradezcamos a Dios nuestro Padre su maravillosa providencia que nunca nos abandona y con tanto amor nos cuida.

LOS ÁNGELES CUSTODIOS

Introducción
    Como gente que se esfuerza constantemente para crecer hasta alcanzar la madurez de Cristo, estamos ante Dios como niños, confiando más en su ayuda que en nuestro esfuerzo; porque hemos experimentado que nuestras fuerzas no siempre son dignas de confianza. Sabemos que Dios nos protege, nos envía ángeles para guiarnos, especialmente en la persona de Jesucristo, y en los que están más cerca del Señor. Jesús nos guía con su Espíritu para elaborar y desarrollar  nuestro proyecto de vida.  A nosotros, por nuestra parte, se nos llama a ser “ángeles”, guías para los otros en el camino hacia a Dios. Ángeles custodios... ¿o prefieren ustedes herraduras, amuletos, horóscopos, mascotas?

Oración Colecta

Oh Dios, Padre de bondad y amor:
Al celebrar hoy a los Ángeles Custodios
profesamos nuestra fe profunda
en tu protección siempre presente.
Que nuestro ángel custodio sea en nosotros
la voz que nos prevenga contra el mal que podamos hacer
y nos impulse a ser la buena persona
que cada uno de nosotros
debiera ser,  y así permanecer.
Que este mismo ángel nos recuerde
que tú nos conoces y nos amas personalmente
a cada uno de nosotros
en Jesucristo nuestro Señor,
que vive y reina por los siglos de los siglos.


Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios, Padre nuestro:
Con este pan y este vino
queremos expresar con fe
que, por pequeños y débiles que nos sintamos
en este mundo impersonal,
sabemos que para ti realmente contamos
y que tú, creador y Dios todopoderoso,
por mediación de los santos ángeles
te cuidas de cada uno de nosotros
con un amor más fuerte que el de cualquier madre.
Porque tú nos aprecias profundamente
en Cristo Jesús, tu Hijo, nuestro Señor.


Oración después de la Comunión

Oh Dios nuestro, Padre amoroso:
Tu Hijo Jesús dijo de los niños
que sus ángeles ven siempre tu rostro.
Que esta eucaristía también nos fortalezca
en la certeza de que rodeas
y bendices con bondad a los niños
y también a nosotros,
si es que no pensamos
que somos demasiado grandes e importantes para ello,
con tu protección y tierno amor.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor

1 comentario:

  1. Oh Dios nuestro, Padre amoroso:
    Tu Hijo Jesús dijo de los niños
    que sus ángeles ven siempre tu rostro.
    Que esta eucaristía también nos fortalezca
    en la certeza de que rodeas
    y bendices con bondad a los niños
    y también a nosotros,
    si es que no pensamos
    que somos demasiado grandes e importantes para ello,
    con tu protección y tierno amor.
    Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor

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