miércoles, 18 de noviembre de 2015

El discernimiento

El regalo del discernimiento
 
 
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Ha habido una presencia bien solemne de parte del Señor. Y yo reconozco que obviamente sí nosotros tenemos nuestros pesares, tenemos nuestras aflicciones, pero lo más bello que podemos experimentar en momentos como este es el mero hecho de poder experimentar la paz de Dios en medio de nosotros.
 
Y yo enfatizo el hecho, quiero reiterar, el hecho de lo que estaba mencionado en el tiempo de oración de que la paz del Señor no necesariamente significa la ausencia de las situaciones que podamos estar viviendo, sino que más bien se refiere a la presencia de algo mayor en medio de esas situaciones. Y ese algo mayor es la presencia de Dios que estabiliza, como quien dice, todo nuestro ser interior para nosotros poder sobrellevar cualquier cosa que esté abrumándonos ahora.
 
Así que si hay algo que usted pueda recibir con esta primera parte, reciba eso. En medio de las circunstancias el Señor es el que está ahí en medio de ustedes. Él no le ha dejado solo, no le ha dejado sola para que usted pueda experimentar esa paz interior que usted necesita para poder afrontar cualquier cosa que venga a su camino. Amén.
 
Y Señor, yo te pido ahora que esta breve reflexión que quiero compartir con mis hermanos, Señor, yo sé que viene de ti y es muy propia para este tiempo, así que te pido que tu la uses para que esto inspire a mis hermanos y hermanas en seguir adelante, te lo pido por favor en el nombre de Jesús. Amén.
 
Hermanos, les voy a hacer una pregunta. Cuántos de ustedes pueden creer que falten 30 días para que se acabe el 2010? Yo veo sus caras, es como que uuuuf. Cuántos de ustedes creen que el tiempo se ha ido, este año iba a 100 millas por hora y quién sabe si más. Muchas cosas que han pasado en este año, ¿verdad? Si usted se pone a ver, desde enero del 2010 usted puede decir, guau, muchas cosas han sucedido. Han pasado cosas buenas, han pasado cosas duras, han pasado cosas fuertes, como también algunos de nosotros hemos experimentado cosas gloriosas. Puede ser que alguno de nosotros estemos todavía como quien dice, en standby, como que yo no he visto nada suceder aún, pero eso no significa que no vaya a suceder.
 
Y yo pensando en esto, yo mismo me asusté, yo me dije, guau, que rápido se ha ido el tiempo. Pero yo me estaba diciendo, guau, Señor, este es el tiempo donde la gente empieza como a empezar a reflexionar sobre los deseos que tienen, hay algunos que empiezan a hacer sus listas de regalos de navidad y cosas así por el estilo. Algunos empiezan a trabajar en sus resoluciones para el próximo año. Otros tal vez continúan resoluciones que han empezado.
 
Pero yo quiero compartir algo con ustedes en esta noche que es bien importante. Siempre tengo algo importante que compartir. Pero hoy yo quiero hablar de un regalo en particular que yo quiero que usted añada a su lista. Y es el regalo del discernimiento. Eso es de lo que yo les quiero hablar hoy, del discernimiento.
 
Esto es un regalo que todos nosotros deberíamos tener, aspirar, desear, desde lo más profundo de nuestro ser y yo les voy a explicar por qué. Primero que nada, déjeme definir que es el discernimiento. Yo estoy seguro que la mayoría de todos aquí entendemos qué es el discernimiento, pero quiero solamente tirar algunas cositas ahí.
Si yo defino el discernimiento de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, lo define de la siguiente forma: distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Eso es el diccionario de la Real Academia Española.
 
Ahora, pero miren cómo la Biblia lo define: la Biblia lo define de la siguiente forma, habla acerca de distinguir, habla acerca de entender, habla acerca de examinar atentamente, habla acerca de percibir si las acciones, las palabras o las motivaciones de algo o alguien son de origen divino, de origen feo, o de origen humano, por así decirlo. Tres distintas dimensiones.
 
Miren algunas referencias bíblicas que yo encontré donde se habla acerca del discernimiento. Voy a mencionar solamente algunas. Y una de ellas es un pasaje que es bien conocido que está en Primera de Samuel, Capítulo 3, verso 8. Se acuerdan cuando Dios empezó a llamar a Samuel, al profeta Samuel, que Samuel no le conocía todavía, aunque funcionaba en la adoración y en el trabajo de las cosas del templo. Lo empezó a llamar y las primeras dos veces qué hizo Samuel. Samuel se levantó pensando que quien lo estaba llamando? Que Elí lo estaba llamando. Él iba donde Elí y no, vete acuéstate, yo no te llamé. A la tercera ronda qué fue lo que pasó? Cuando Samuel se levanta y viene donde Elí miren lo que dice el texto:
“… Y él se levantó y vino Elí y dijo, “Heme aquí para que me has llamado?, y dice, Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven…”
Esa palabra entendió implica que Elí discernió que no era obviamente él sino que era Dios el que estaba llamando, la que estaba captando la atención de Samuel.
 
Otro pasaje que también es bien conocido, tiene que ver con el personaje de Salomón, en Primera de Reyes, Capítulo 3. Cuando Dios se le presenta a Salomón en un sueño y le tocaba a Salomón asumir el trono de su padre, David, Dios se le presenta y le dice, “Pídeme cualquier cosa que quieres que haga por ti”, ¿verdad? Salomón le responde a Dios, le dice, miren, le dice:
“.. . Da pues a tu siervo un corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo porque quién podrá gobernar a este pueblo tuyo…”
Para discernir. La historia de Nehemías es una que me gusta mucho. Nehemías Capítulo 6, se empieza a ver este relato de reyes que estaban opuestos a la idea de que las murallas de Jerusalén se reconstruyeran y comenzaron a mandar mensajes a Nehemías, como quien dice, amenazas, como que, ah, ven te vamos a reunirnos para hablar, pero lo que querían hacer era eliminar a Nehemías.
 
Y hay un texto donde Nehemías dice:
“… Y yo entendí que Dios no los había enviado sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat los habían sobornado…”
So, en este caso cuando Nehemías, dice y entendí lo que está diciendo es que yo pude discernir que Dios me estaba librando de un soborno, de yo caer en una trampa. So, el discernimiento pudo distinguir un soborno que estaba tratando de engañar a alguien.
Y claro está, si yo pienso en el personaje más interesante de todos que es Jesús, en Lucas, Capítulo 5, verso 21 y 22 miren lo que dicen:
 
“… Cuando los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar en contra de Jesús diciendo, quién es este que habla blasfemias? Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? Miren cómo dice, entonces Jesús conociendo los pensamientos de ellos…”
Ese conociendo, implica también que Jesús pudo discernir lo que esta gente estaba pensando, pudo leerle los pensamientos.
 
Mis hermanos, miren, yo quiero dejarlos en esta noche con esta idea, porque yo aquí yo creo que voy a comenzar algo que se puede cortar mucho aquí. Pero mi deseo es que así como estos relatos que yo he leído y muchos otros también que nosotros podamos incorporar en nuestro tiempo de oración, o en nuestras peticiones de oración, el que Dios nos de discernimiento.
 
Sí, yo sé que usted puede orar por muchas otras cosas, pero si hoy día hay algo que nos hace falta a nosotros como pueblo cristiano es el discernimiento. Precisamente todas estas cosas que nosotros hemos estado experimentando en estos días, miren, 4 fallecimientos en cuestión de una semana, o sea, eso es algo que a uno como que, guau, espérate, esto le cae fuerte a uno. Y muchas veces en vez de uno hundirse en la amargura o en el dolor de la situación, por qué mejor no decimos, Señor, dame discernimiento para poder entender todo lo que está sucediendo a mi alrededor.
 
Podemos escuchar noticias de familiares que su situación de salud empeora o cosas así por el estilo. Nosotros mismos, en nuestras propias vidas, hay veces que suceden cosas que es como que, guau, espérate, y esto de dónde salió? Tenemos que discernir.
 
Como iglesia, mis hermanos, miren, yo voy a compartir con ustedes una petición como pastor o no una petición, un sentir, mejor dicho. Todos nosotros sabemos que aquí en esta iglesia se han dicho tantas palabras proféticas de que Dios quiere hacer algo con esta iglesia, ¿verdad? Que hay algo que Dios está haciendo, hay un mover de Dios que está haciendo o que está llegando a nuestras vidas. Lo hemos escuchado de parte del pastor, lo hemos escuchado de parte mía, personas de afuera han venido y han hablado de esos mensajes aquí, y nosotros decimos amén a eso.
 
Pero se ha detenido en algún momento y ha pensado, Señor, qué implica esto? Qué implica todas esas palabras porque suenan bien bonitas a nuestros oídos. Suena como música a nuestros oídos, pero qué implica? Y cuando uno empieza a pensar en esos términos, ya uno está diciendo, Señor, dame el discernimiento para yo poder entender cómo esa palabra se aplica a mi vida para yo poder ejercer mi función como parte de esta iglesia.
 
Porque miren, si una palabra se da así en la iglesia, hello, como yo siempre les digo, quién es la iglesia? Nosotros somos la iglesia. La iglesia no son los pastores, la iglesia no son los que dirigen la alabanza. Bueno, sí somos, pero no somos los únicos, somos parte de la iglesia. Así que al nosotros escuchar una palabra como esa, mis hermanos, tenemos que pedirle a Dios discernimiento para saber cómo fluir en esa palabra de Dios.
 
Es más, cuando uno escucha esas palabras así, uno hasta le tiene que pedir discernimiento a Dios para saber si esa palabra es genuina de parte de él o si no, o si no es formulación de algún deseo humano o algo así. Es como si yo llegara aquí de repente y tuviera aire de profeta y le dijera a Fabio, Fabio, la esposa con la que tu estás ahora, no es la que Dios tiene para ti. Te tienes que casar con otra. Mire, eso usted me coge por el cuello y saca de aquí a patadas. No permita que eso suceda, por favor, aunque yo parezca ser el profeta más ungido de todos.
 
Pero sí, mis hermanos, es importante nosotros pedir qué? Por qué? Les voy a decir por qué? Varias cosas que les voy a mencionar. Apúntelas por ahí, para que piense en ellas después. Por qué necesitamos el discernimiento? Número 1, para entender la voluntad de Dios. La voluntad de Dios concerniente a qué? Número 1, los tiempos en los cuales estamos viviendo ahora mismo. Tenemos que entender los tiempos en los cuales estamos viviendo.
 
Romanos 13:11 dice, “…hagan todas estas cosas… estaba hablando acerca de amar al prójimo… hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que están viviendo, que ya es hora que despierten del sueño porque nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos…”
 

 
Tenemos que estar bien conscientes de los tiempos. Efesios 5:15 al 17 dice:
“… Así que tengan cuidado en su manera de vivir, no vivan como necios sino como sabios aprovechando al máximo cada tiempo, cada momento oportuno porque los días son malos…”
 
Y Colosenses Capítulo 4 verso 5 dice:
“… Compórtense sabiamente con los que no creen el Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno, cada tiempo, que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así sabrán cómo responder a cada uno….”
 
En los tiempos que vivimos, mis hermanos, nosotros tenemos que aprender a discernir. No porque tenga un guía de evangelista significa que voy ir a la primera persona que me encuentre en la calle y le voy a decir, arrepiéntete ahora mismo porque sino vas para el infierno. Y yo sé que algunos que tienen el don de hacer eso, y lo hacen mejor que yo y la gente termina convirtiéndose y entregando su vida al Señor. Pero no todo el mundo lo hace así.
 
Hay veces que si uno conoce a la persona que uno tiene que tener el discernimiento, Señor, ayúdame a discernir para saber cómo darle la vuela y enganchar a la persona. Hay que pedir el discernimiento también para entender los designios y propósitos de Dios eternos. A qué me refiero con esto?
Interesante. Ahorita estábamos hablando de esto, bueno, orando de esto. Nosotros tenemos esta fe, esta esperanza que aquellos que se han ido a morar con el Señor antes que nosotros que vamos a tener la esperanza de verlos otra vez. Eso es parte de nuestra fe.
 
Eso es parte de nuestra razón de por qué creemos en Cristo. Porque tenemos la esperanza, tenemos la promesa de que nos vamos a encontrar con nuestros seres queridos, que vamos a vivir por la vida eterna junto con Dios. Que los tiempos finales se acercan, y yo sé que son un tema bien grande y bien amplio y bien difícil de agarrar por un solo lado. Pero el mero hecho de que esos tiempos se están acercando, que el Señor está más cerca ahora que antes, y puede ser que haya gente que me diga, ay, pastor Omar, yo llevo escuchando eso desde… pero mire, yo lo creo. Puede ser que se tarde 5, 10, 20 años más pero de que está más cerca, está más cerca.
 
Puede ser que haya algunos de ustedes aquí que tal vez no lo vean, pero las generaciones que vienen después de ustedes lo van a ver. Y precisamente por eso uno tiene que pedirle a Dios discernimiento concerniente a cómo vivir a la luz de esa realidad también. Y eso no significa, como también dice la Escritura, no significa que ah, voy a dejar de trabajar, voy de dejar de hacer cosas porque ya Cristo viene pronto así que me voy a tirar a morir. No. tampoco es eso. Pedirle a Dios discernimiento concerniente a sus designios y propósitos eternos.
 
Número 2: hay que pedirle a Dios discernimiento concerniente a la toma de decisiones. Es algo muy importante. Hay que pedirle a Dios discernimiento concerniente a la toma de decisiones. Mire, yo podría enumerar multitud de ejemplos concerniente a esto, pero no los voy a enumerar todos porque yo sé que ustedes se los están imaginando ahora mismo.
 
Pero necesitamos discernir concerniente a decisiones que tenemos que tomar. Si usted toma decisiones on the go, a la ligera, sus dolores de cabeza van a ser más que si usted hubiese detenido y hubiese pedido al Señor, Señor, ayúdame a entender esta decisión que tengo por delante? Lo estoy haciendo por mero capricho mío? Lo estoy haciendo por el capricho de otra persona? O lo estoy haciendo por capricho tuyo? Porque tu me estás moviendo a yo hacer esto?
 
Tenemos que discernir, mis hermanos. Quiero comprar una casa y estoy a punto de firmar como quien dice, los papeles, pero tu crédito está bien, tu crees, tienes la seguridad de trabajo de que vas a poder pagar eso a 30, 40 años, lo que sea? Tenemos que saber cómo discernir. No me siento cómodo en esta iglesia. Me quiero ir a otra. Estás discerniendo? Eso eres tu? Si el problema es la iglesia, si el problema eres tu?
 
Tomas decisiones concernientes a tu vida personal? Tomas decisiones concernientes a tu familia? Tomas decisiones concernientes a tus negocios? Es más, tomas decisiones concernientes a tu llamado y tu ministerio? Quiero hacer algo nuevo en mi ministerio. Discierne, es el tiempo de Dios para que hagas algo nuevo? O tienes que cogerte un tiempo, un poquito más, o sí es el tiempo de hacer algo nuevo, entonces tienes que discernir, ok, Señor, dame la estrategia, las herramientas para saber cómo hablar con fulano, mengano, y zutano para entonces poder incorporar estas cosas. Hay que discernir.
 
Miren, necesitamos discernimiento para saber cómo ministrar o servir a alguien. Saber cuándo ir y tocarle la puerta a alguien, saber cuándo hablarle en una palabra sazonada, a buen tiempo a una persona. Necesitamos saber cuándo es el mejor tiempo oportuno para darle un vaso de agua a alguien o no. necesitamos discernimiento para saber recibir o lidiar con las palabras o acciones de otras personas hacia nosotros. Eso es otra, también.
 
Muchas veces esto nos pasa cuando las personas nos quieren hablar en un sentido profético a nosotros, y dicen, mira, Félix, el Señor te dice así, así, así y así. Félix tiene la responsabilidad de hacer lo siguiente, el problema no es tan solamente la persona que lo está diciendo. Félix tiene la responsabilidad de aplicar lo que dice primera de Salonicenses, Capítulo 5, verso 21:
“… examinarlo todo, retener lo bueno, desecha lo malo…”
 
Un cristiano maduro hace eso. Porque no es que le vamos a decir amén y sí a cualquier palabra que nos den. Uno tiene que aprender a cómo escuchar, ok, vamos a analizar, vamos a evaluar esto. Señor, esto es una palabra que tu me estás diciendo en un buen tiempo en mi vida? Tengo que prestarle atención? Me voy a quedar con algunas partes, otras las voy a dejar, como quien dice, en standby? Uno tiene que aprender a cómo discernir esas cosas también, cómo proceder con cada uno de esas cosas.
 
Y miren, por último, voy a decir esto. Uno tiene que aprender a discernir para proteger nuestras vidas y nuestras familias de lo que yo llamo la subliminalidad engañadora del enemigo a través de la sociedad en la cual estamos viviendo. Eso se oyó grande, ¿verdad? La subliminalidad engañadora del enemigo a través de la sociedad en la cual estamos viviendo.
 
En buen español que podamos entender, tenemos que aprender a protegernos de las maquinaciones del enemigo en formas bien sublimes que tratan de desviarnos por otras ideas, por otras filosofías de la vida, que podrán parecer, como dice el proverbio, al hombre su camino le parece bueno, pero su final es…
 
Son tantas cosas, mis hermanos, tantas cosas que tenemos que discernir hoy día. Y miren, lamentablemente, yo me atrevo a decir esto. Lamentablemente muchas veces a todos nosotros, incluyendo esta persona, ese filtro, como que lo sacamos y se nos van cosas así y actuamos, tomamos decisiones, pensamos sin verdaderamente procesar las cosas como Dios manda que nosotros lo hagamos.
 
Miren, el discernimiento obviamente sí habla, si yo pienso en uno de los versos más conocidos es cuál, Primera de Corintios, 12 cuando está hablando del discernimiento como parte de ese conglomerado de dones que es impartido a través del Espíritu Santo, ¿verdad? Pero yo los dirijo a un verso aún mucho mejor. Primera de Corintios, Capítulo 2, voy a cerrar con esto, se los prometo, I promise. Primera de Corintios, Capítulo 2, lean conmigo desde el verso 9 en adelante.
 
Abrid sus Biblias, disciernan dónde está Primera de Corintios, Capítulo 2, miren cómo dice:
“… Antes bien como está escrito, cosas que ojo no vio, ni oído oyó ni han subido en el corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman…”
Eso suena bien bonito, ¿verdad? A mí me gusta eso.
“…. Pero Dios nos las rebeló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña aún lo profundo de Dios porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él. Así tampoco, nadie conoció las cosas de Dios sino el espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos no con palabras enseñadas con sabiduría humana, sino con las que enseña el espíritu acomodando lo espiritual a lo espiritual y aquí es donde está el punch line,… en el verso 14… porque el hombre natural no percibe las cosas que son el espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente…”
Miren, déjeme romperles este pasaje de esta forma. Imagínense que el Espíritu Santo es el… esto va a ser una ilustración bien rara, pero… déjeme decirlo así, el Espíritu Santo es el reportero de Dios, conoce todas las cosas que están en el corazón de Dios. Es el espía, el que está ahí en el CIA, centro de inteligencia del cielo, por así decirlo, es el Espíritu Santo. Ese se mete en hard drive del corazón de Dios y descubre todos los secretos internos de Dios y no se queda con ellos, como es que dice? Cómo es que dice? Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
 
Miren, hay algo ahora mismo en el corazón de Dios que ya Dios lo ha concedido para usted. Hay algo ya. Póngale el sello, ahora mismo. En este tiempo de oración, en este de alabanza que hemos tenido hoy, hay algo que Dios ya lo concedió para su vida. Lo que falta ahora, es como yo siempre digo, es como si Dios nos dijera a nosotros, now, that’s for me to know and for you to find out.
 
Cómo nosotros lo podemos saber entonces? Hey, there is that secret agent. El Espíritu Santo de Dios que nos hace el favor de darnos a conocer los bochinches que están en el corazón de Dios, eso es lo que iba a decir ahorita. Y se me salió como quiera. El que nos cuenta los bochinches de Dios, el Espíritu Santo nos cuenta los chismes que hay en el corazón de Dios para cada uno de nosotros. Así que si usted se quiere enterar de los mejores chismes que hay en el mundo conéctese con el espíritu de Dios para que sepa los que están en el corazón de Dios.
 
No se ponga a ir a oír a la comai, por favor. Oiga el compadre mejor. Mire, mis hermanos, este texto para mí es tan inspirador. Cuántas veces usted se ha encontrado orando, diciendo, Señor, yo quiero conocer lo que tu tienes para mí, ¿verdad? Oramos mucho en esa forma? Miren, mis hermanos, la respuesta está ahí. La respuesta está dada. Nosotros solamente tenemos que abrir nuestras antenas, ponerlas bien paradita y decir, mira, Señor, tu lo has decretado, tu lo sabes ya, tu espíritu lo sabe, y tu no me has dado a mí ningún otro espíritu que no sea el tuyo, así que, hey, manda ese Espíritu Santo que me deje saber a mí lo que tu quieres.
 
Ahora, pero mis hermanos, para nosotros poder entender eso, aplíquele el discernimiento porque esta mente humana está tan y tan contaminada por tantas cosas que puede ser que Dios nos esté hablando día tras día dejándonos saber cosas y cosas, y cosas, pero nosotros estamos tan y tan tergiversados como que hay algo ahí como que no funciona bien, que nos ponemos a pensar, ah, no, ese soy yo. Esa fue una idea loca que se me ocurrió ahí, eso no puede ser Dios.
 
Miren, saben esta canción “Rey de gloria” que hemos estado cantando recientemente, sabe cuál es mi parte favorita de esa canción? Lo voy a decir un secreto mío ahora, es el verso que dice, mi conciencia me recuerda que necesito su perdón.
 
Cuántos de ustedes le hacen caso a su conciencia? ¿Saben qué? Yo estoy convencido hoy más que nunca, que mi conciencia es la vocecita de Dios que me deja saber lo que él tiene en su corazón para mí. Y hay veces que mi conciencia puede estar un poquito medio, como que errónea, pero yo estoy seguro que Dios sigue hablando ahí.
 
Así que, mis hermanos, a medida que nos acercamos al final de este año 2015 no se olvide de incluir el discernimiento en su lista de regalos. Esos son los dones, ¿verdad? Acaso los dones no son regalos? Hey, pide ese regalo, en vez de pedir el Wii para bailar de frente al televisor. Pida discernimiento. En vez de pedir la nueva maquinita de café …. Que usted pone y sale el café automático. Pida discernimiento. Vamos a ponernos de pie.
 
En vez de pedir que el pastor Omar termine, pida discernimiento a ver si es el tiempo de Dios para que yo termine o no. no, yo puedo discernir eso muy bien.
 
Padre, te doy las gracias por este tiempo que hemos tenido esta noche de poder estar delante de tu presencia, Señor, y de escuchar tu palabra y de descansar en ti, Señor. Sabemos que todas nuestras peticiones tu las tienes en tu corazón, tu las tienes bien presentes para cada uno de nosotros. Así que, mi Dios, como hemos escuchado esta palabra te pedimos que nos des discernimiento, Señor, hoy más que nunca necesitamos discernir tu mover en medio de nuestras vidas.
 
Así que, Padre, llénanos, dirígenos, ayúdanos a poder conocer tus designios en medio de nuestras vidas. Y Padre, que sobre todas las cosas cuando tu nos hables, cuando tu empieces a revelar esas cosas que están en tu corazón, mi Dios, que nosotros no nos abneguemos, que no nos echemos para atrás, sino que podamos responder que sí y amén a todas las cosas que tu tengas en medio de nuestras vidas. Te damos las gracias, Señor, por este tiempo en esta noche y a ti, mi Dios, encomendamos nuestras vidas, en el nombre de Jesús. Te bendecimos Dios. Amén, y amén.
 


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  1. Así que, Padre, llénanos, dirígenos, ayúdanos a poder conocer tus designios en medio de nuestras vidas. Y Padre, que sobre todas las cosas cuando tu nos hables, cuando tu empieces a revelar esas cosas que están en tu corazón, mi Dios, que nosotros no nos abneguemos, que no nos echemos para atrás, sino que podamos responder que sí y amén a todas las cosas que tu tengas en medio de nuestras vidas. Te damos las gracias, Señor, por este tiempo en esta noche y a ti, mi Dios, encomendamos nuestras vidas, en el nombre de Jesús. Te bendecimos Dios. Amén, y amén.

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