miércoles, 18 de noviembre de 2015

La vida apostólica, no es un simple esfuerzo de proselitismo o de propaganda.

La vida apostólica
Monjes del Monte Athos comiendo en el Refectorio

El libro de los Hechos de los Apóstoles no sólo nos da a conocer la acción evangelizadora de los apóstoles, con la consiguiente expansión del cristianismo, sino también su propio género de vida. ¿Cómo vivieron los apóstoles inmediatamente después de la muerte del Señor? Esta imagen, que a través de diversos rasgos se nos describe en los Hechos, siempre ha sido considerada como una imagen en la que se deben mirar todas las comunidades cristianas a lo largo de los siglos, incluidas por supuesto las comunidades monásticas.

Por una parte, se nos dice que los apóstoles perseveraron en la oración. De hecho, nos cuentan cómo subían al Templo, para participar en la oración de Israel. A través de la oración, especialmente de los Salmos, es como irían penetrando en el sentido de las palabras y de los hechos de Jesús. A través de la luz del Espíritu Santo se irían adentrando en el misterio del que habían sido testigos.

Al mismo tiempo, constituyeron una comunidad de vida, fundamentada sobre la caridad. Compartieron sus bienes, poniendo cada uno a disposición de los demás cuanto poseía. El texto resume este género de vida diciendo que tenían un solo corazón y una sola alma en Dios. Pero esta concordia ideal tuvo que enfrentarse con las dificultades de la vida cotidiana. Así, vemos que pronto surgieron conflictos, el más grave de ellos referido a la actitud hacia los gentiles que se convertían. Pero aún en esta decisiva encrucijada, se dejaron guiar por el Espíritu Santo, aún en contra de lo que su tradición originariamente judía les pedía.
 
 


En cualquier caso, los Hechos de los Apóstoles enfatizan el hecho de la presencia rectora del Espíritu Santo por una parte, y de la disponibilidad de la comunidad creyente a dejarse guiar hacia donde el Espíritu quisiera. A esto es a lo que nos referimos cuando hemos aludido a la vida apostólica, que no es un simple esfuerzo de proselitismo o de propaganda. La vida apostólica es la vida de las comunidades cristianas que quieren tomar como referencia aquella primera comunidad que perseveró junto a María en la oración.
 
                                                       

1 comentario:

  1. En cualquier caso, los Hechos de los Apóstoles enfatizan el hecho de la presencia rectora del Espíritu Santo por una parte, y de la disponibilidad de la comunidad creyente a dejarse guiar hacia donde el Espíritu quisiera. A esto es a lo que nos referimos cuando hemos aludido a la vida apostólica, que no es un simple esfuerzo de proselitismo o de propaganda. La vida apostólica es la vida de las comunidades cristianas que quieren tomar como referencia aquella primera comunidad que perseveró junto a María en la oración.

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