Hola queridos hermanos,
Hoy me gustaría reflexionar con ustedes sobre las acciones en la vida en concreto que demuestran nuestra fe y nuestro amor por Dios.
Creo que es muy importante sentir en nuestro corazón la presencia y el Amor perfecto que Dios Padre nos tiene. Es increíble la forma en que cambia nuestra vida a partir del momento en que tenemos un verdadero encuentro con el Señor.
¿Y a qué se refiere ese encuentro?
A ese momento en el cual realmente sentiste en tu corazón esa paz y esa serenidad que solo Dios nos brinda. Ese momento en el cual el amor perfecto del Señor invadió todo tu ser y te sentiste abrazado y consolado como un niño en los dulces brazos de Su Padre.
Ese momento en el cual sentiste que toda tu vida descansa en las manos de tu Padre Amoroso y que no hay nada que temer ni por lo cual estar ansioso o preocupado, pues El se encarga de todo y te guía para que puedas seguir el mejor camino para tu vida.
Creo que cuando nos alejamos de la oración personal, nos alejamos de Dios. Y creo que eso impacta en nuestra vida cotidiana, pues nos sentimos vacíos, y es un vacío especial… como si nos faltara algo dentro nuestro… una parte que no se llena con nada en este mundo… solo con el Amor de nuestro Señor.
Y es entonces, cuando comenzamos a buscar llenar ese vacío con el amor de otras personas: amigos, familia, pareja… y luego nos damos cuenta que no nos completan en totalidad.. que seguimos incompletos. Y es cuando volvemos a la oración, a la fe, a ese sentirnos necesitados de la presencia de Dios en nuestra vida. Es cuando experimentamos realmente la importancia que tiene estar cerca de la fe y de la oración, medios que nos acercan al Amor en su estado mas puro y perfecto: el Amor de nuestro Creador.
Por eso querida hermana/o, te animo a que no te alejes de la fe, que no te alejes de Dios. Conserva en tu corazón el deseo y las ansias de estar en presencia del Señor. Búscalo, pídele. Nadie te ama como El.
Creo que cuando nos alejamos de la oración personal, nos alejamos de Dios. Y creo que eso impacta en nuestra vida cotidiana, pues nos sentimos vacíos, y es un vacío especial… como si nos faltara algo dentro nuestro… una parte que no se llena con nada en este mundo… solo con el Amor de nuestro Señor.
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