"Pero a ti te quiero más que a las otras"
El Evangelio de hoy (Lucas 15,1-10) nos ayuda a hacernos idea de lo que es la misericordia de Dios, con una sucesión de parábolas, harto conocidas: la oveja perdida, la moneda perdida y añade "Os aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse"... Así es Dios, como dice el Salmo "el Señor es lento para la cólera, rico en clemencia" (Salmo 86,15), con la ilógica del que, pese a tener a todos los aparceros trabajando en su campo, a horarios distintos, a todos paga por igual, por mucho que protesten los que creyeron que trabajaron todo el día "por lo mismo que los otros", aunque la respuesta de Dios es clara, no admite contrarréplica "¿es no tengo yo el derecho de hacer lo que quiera con mi dinero? ¿o es que te da envidia que yo sea bondadoso?" (Mateo 20,15).
Y todo ello alcanza, para nosotros un horizonte nuevo en la convocatoria, por parte del Papa FRANCISCO de un "JUBILEO DE LA MISERICORDIA", en el que toda la Iglesia, como "buen padre de familia" abrirá "el viejo arcón" (cfr Mateo 13,52) de la enseñanza de siempre, que no es otra sino "¡qué grande es la misericordia del Señor y su perdón para los que vuelven a él!" (Eclesiástico 17,29), y nos la propondrá de forma renovada, para que todos nos sintamos perdonados, acogidos, concernidos por la misericordia de Dios.
Es pronto para adelantar todo lo que este gran JUBILEO DE LA MISERICORDIA para toda la Iglesia universal dará de sí, o los gestos concretos en los que se manifestará, sí se ha dicho que durante el mismo, las lecturas del ordinario de la misa serán siempre del Evangelio de LUCAS, al que se llama, evangelista de la misericordia, por la gran cantidad de referencias de su evangelio al respecto, quedémonos con el sentimiento de la oveja perdida: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va a buscar la extraviada hasta encontrarla? Al encontrarla, se la echa a los hombros contento, va a casa, llama a amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo pues encontré la oveja perdida" (Lucas 15,4-6) y a modo de curiosidad os diré que existe una serie de dichos de Jesús, recogidos en una recopilación, en papiro, escrito en copto, de en torno al año 340 DC, encontrados en la localidad egipcia de NAG-HAMMADI, mal llamada "Evangelio apócrifo de Tomás" (sólo porque se supone que a este apóstol van dirigidos, como instrucciones, todos los dichos de Jesús contenidos en el mismo". Lo cierto es que, pese a ser un texto apócrifo, esta recopilación de dichos de Cristo coinciden prácticamente con la gran mayoría de los que ya figuran en los Evangelios sinópticos (lo que confirmarían que los materiales previos de redacción de Mateo, Lucas y Juan, serían estas colecciones de dichos de Jesús que circularían entre las distintas comunidades, su trabajo sería darle forma redaccional y espurgar los auténticos, de los interpolados), los que no coinciden son, por una parte explicaciones o ampliaciones de los que ya conocemos, y otros, los menos, que todos los expertos dan por interpolaciones y contaminaciones de tipo gnóstico, del estilo de "El evangelio secreto de TOMÁS, que hará tambalear los cimientos de la Iglesia", que tanto gustan a documentales sensacionalistas del tipo NATIONAL GEOGRAPHIC, CANAL HISTORIA y ese tipo de manipulaciones interesadas.
Pues bien, en el caso que nos ocupa, este dicho de Jesús sobre la oveja perdida "si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?" en la recopilación que os he mencionado, a modo de complemento, añade "y luego —tras la fatiga de buscarla— dice a la oveja: «Te quiero más que a las noventa y nueve»" (Evangelio Tomás, nº 107), es decir, que amplifica, aún más, la misericordia del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario